*Caso de una persona con estudios profesionales. Similar a un dueño de empresa.
Como te platiqué en el blog anterior, un profesional con estudios va a ganar alrededor de 10 millones de pesos a lo largo de su vida productiva, pero el 70% de la población mexicana (CONEVAL, 2018) termina su vida como adulto mayor en algún tipo de pobreza, ya sea obligado a trabajar para poder pagar sus medicinas y alimentos, o dependiendo de sus hijos para poder comer.
¿No me crees? Revisemos el caso más a detalle.
¿Por qué todo el dinero que se gana a lo largo de la vida productiva de las personas termina desaparecido?
La respuesta es que en México, ¡no hay cultura del ahorro! Y sumándole a esto, vivimos en una cultura de consumo. El mexicano está acostumbrado a gastarse todo su sueldo en cuanto le llega y debido a que tiene poca cultura del ahorro, cae presa del consumo indiscriminado. Y para terminarla de amolar, está acostumbrado a comprar todo a crédito. Las principales cosas que se compran a crédito son: auto, casa, muebles, ropa, viajes, educación y comida.
Según va siendo promovido un profesional en su empleo, su capacidad de ingreso aumenta y así va aumentando el valor de las cosas que compra. Es decir, entre más gana, más gasta. Si ya terminó de pagar su auto, inmediatamente busca cambiarlo por un auto nuevo a crédito. Si ya terminó de pagar su casa del Infonavit, busca comprarse una casa más grande a crédito. La esposa deberá tener una camioneta nueva, para encajar en el nivel social de los gerentes, y una vez más la sacarán a crédito.
Con esta cultura del uso del crédito para adquirir cosas, el mexicano no tiene capacidad de ahorrar. El lenguaje de la mercadotecnia le habla al impulso y a las emociones, alentando el consumo.
El crédito quita el dolor de esperar a adquirir un bien y se cambia por la satisfacción de poseer el bien hoy y pagarlo en cómodas mensualidades chiquitas “sin dolor”. Esta cultura de consumir hoy y pagar después, ocasiona que nuestro dinero se distribuya en pagar los gastos fijos y además los créditos, dejando muy poco dinero para los gastos recreativos.
De entrada, un crédito hipotecario se lleva hasta el 40% del ingreso de una familia, un crédito de auto se lleva de un 20% a un 30%, es decir, los créditos se llevan hasta el 70% del ingreso en una familia. Entonces, una familia promedio en México tendrá disponibles únicamente el 30% al 40% para sus gastos fijos indispensables. Y esto significa que la familia se queda con muy poco dinero para divertirse.
La solución para poder proteger tus ingresos mes a mes, se llama “Educación Financiera”. Mediante la educación financiera puedes lograr tres pasos fundamentales: gastar menos, ahorrar e invertir.
Y de la mano de esta fórmula, deberás evitar la cultura de consumo… y tener un control emocional sobre lo que de verdad quieres en la vida. Si no quieres terminar pobre en tu retiro, edúcate y ten control sobre tus finanzas personales, de la mano de tu coach financiero, ¡yo te puedo ayudar!
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