Hay cosas que el banco no te dice sobre el crédito y que descubres cuando ya estás metido en el problema. Compartimos aquí puntos clave para que no caigas.

El crédito es una forma de pago digital, en la cual te conceden un plazo para pagar lo que has gastado, lo que facilita la compra de productos y servicios. El crédito se ha convertido en una gran parte de la vida de varias personas, pero no siempre de una forma positiva.

Los créditos se pueden convertir en la principal razón de preocupación de una persona, porque son muy peligrosos cuando no se usan racionalmente y llevan al usuario a endeudarse.

Al usar un crédito pudieras sentir empoderamiento ya que te permite comprar productos que de otra forma son inalcanzable, pero al comprar con crédito debes automáticamente, y es cuando se convierte en estrés. La gente ve al crédito como algo bueno pero la realidad es que en la mayoría de los casos no lo es.

Los bancos se benefician cuando usamos tarjetas de crédito, pero existen 5 razones principales por las que probablemente, si te retara a que te desprendas del crédito, no lo harías:

1. Creer que tus tarjetas son un fondo de emergencia

Este pensamiento se refiere al miedo de que suceda alguna adversidad y de que no tengas otra alternativa más que usar la tarjeta.

Por ejemplo, Ana trabaja a media hora de su casa y necesita su coche para el traslado, se le descompone el coche y tiene que recurrir a la tarjeta de crédito para arreglarlo. De otra forma no podría llegar al trabajo.

Ana se justifica con que fue víctima de las circunstancias. Sin embargo, el caso anterior es muy predecible porque la vida está llena de eventualidades y si no tienes un fondo de emergencia, ya sea que se te ponche una llanta o te enfermes, no tendrás recursos para poder enfrentarlo.

En cualquier eventualidad te vas a endeudar. El problema es que creemos que el crédito funciona como un fondo de emergencia. Una mejor alternativa sería que en vez de tener una línea de crédito abierta, tengas un recurso que sea tuyo, para cuando te enfrentes con una eventualidad, estés preparado con tu dinero.

Por otro lado, si al enfrentar eventualidades recurres al crédito (dinero ajeno), se crean tasas de interés altas lo que solo te llevará a una crisis más grande.

2. Pensar que al ser totalero, estás usando la tarjeta inteligentemente

Muchos creen que al ser totaleros están siendo inteligentes, ya que utilizan el dinero del banco, y si lo pagan antes de 30 días no tienen que pagar intereses. Todo esto sin la necesidad de desprenderse del dinero propio.

Al usar la tarjeta de crédito, aunque seas totalero, te vuelves mucho más desprendido. Al ser más desprendido de tu dinero, gastas más. He aquí el problema principal de esta costumbre. Por más que no te genere intereses, al final estás comprando más cosas que no necesitas.

Un cliente me decía: “Víctor, yo soy muy bueno, solo uso la tarjeta siendo totalero” pero cuando vimos en que estaba gastando, gastaba más por pagarlo con la tarjeta. Por ejemplo, en la fila del super veía algo y decía “lo voy a comprar y lo pago con la tarjeta, sin intereses”. Pero muchas de esas cosas, si no las hubiera pagado con la tarjeta de crédito si no de contado, no las hubiera comprado.

Significa que su conciencia le está diciendo que no debería comprarlo. El gastar dinero está asociado con dolor y ansiedad, pero al utilizar las tarjetas estos sentimientos se anestesian.  El crédito solapa el que seas más suelto con tu dinero y que consumas en cosas que no ibas a consumir de contado.

3. Aprovechar los puntos o recompensas

Los puntos te hacen creer listo porque pensarías que al usarlos le estas ganando al banco. El banco es un negocio, no le vas a ganar usando crédito, porque tarde o temprano el crédito busca que:

1. pagues intereses y comisiones
2. consumas más
3. pagues anualidades

Puedes creer que estás usando los puntos a tu favor, pero lo que en realidad está sucediendo es que estas entrando al juego de los créditos.

Por mucho que hayas ganado 5000 mil pesos en recompensas o puntos, en realidad estás pagando un precio mucho más alto. Si calculamos el dinero que estás tirando a la basura, por los consumos mal hechos, por los intereses o los gastos de la tarjeta, te aseguro que son mucho más altos que los puntos.

4. Acudir a meses sin intereses

Los meses sin intereses, al igual que el ser totalero, podría parecer una gran opción, con la justificación de que no estás gastando más de lo que consumes. Por ejemplo, si llegó tiempo de vacaciones y pides prestado al banco con la opción de meses sin intereses, pensarías que te conviene porque ahora es cuando tienes las vacaciones y no puedes esperar para tomarlas después.

El problema es que cuando tienes las cosas antes de trabajar por ellas, aunque no te cuesten intereses, te estás maleducando financieramente. Si yo voy de vacaciones ahorita, me divierto; y después regreso para trabajar y pagarlo, se convierte en una forma moderna de esclavitud.

Lo que va a suceder es que me voy a levantar los próximos meses a pagar algo que ya disfruté y ya gasté, y solo me causará disgusto. Además, se incrementan tus gastos fijos. Si hoy compras algo de 12,000 pesos a 12 meses sin intereses, tus gastos fijos del siguiente año se incrementaron 1000 pesos al mes.

Acudir a meses sin intereses te causará disgusto, elevará tus gastos fijos, te malacostumbras a tener algo antes de trabajar por ello, lo que nos lleva al último punto.

5. No querer esperar para poseer

Un ejemplo excelente de este caso es, si tu hijo llegara hoy y te dijera “oye papá, me saque 7 en matemáticas” y tú le contestas “Hijo, si te sacas 10 en el siguiente periodo, te regalo la bici que quieres” se emociona por el acuerdo. Si a los 15 días regresa y te negocia: “Papá, te propongo algo, qué te parece si me das la bicicleta y yo te cumplo con el 10 en seis meses”

¿Qué le dirías?

Le dirías que no, porque primero tiene que trabajar para después tener su recompensa. Lo mismo ocurre con los meses sin intereses. El problema es que te dan tu recompensa antes de trabajar por ella.

Usar el crédito podría sentirse bien porque parecería que tienes el control sobre tu vida, al poder decidir qué quieres comprar y hacerlo en ese momento. ¡Ten cuidado porque esto es solo una ilusión!

Ahora, ¿cuál es tu opinión sobre el crédito? ¿Sigues creyendo que es bueno usarlo?