¡Sí, es una pregunta seria! Aunque confieso que la primera vez que la leí, pensé todo lo contrario, y me pregunté: “¿Quién necesita saber cómo gastar y ser feliz?”
Hay quien dice que si el dinero no te da felicidad, es porque no sabes en qué gastarlo correctamente… Interesante, ¿no?
Resulta que la mayoría de la gente (según algunos estudios), no tiene una idea muy clara de lo que debe hacer al respecto, piensan que al gastar, estarán limitando su felicidad al consumo y no enfocan adecuadamente su administración financiera. Por lo tanto gastar es sinónimo de infelicidad.
Sin embargo, todo depende de cuál situación sea más similar a la tuya en la actualidad, por lo que vale la pena tomar en cuenta los siguientes escenarios:
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Tienes tanta lana, que no sabes qué hacer con él
¡Quién como tú! En este punto, es de vital importancia seguir el consejo de los expertos en psicología (que por algo lo son), quienes coinciden en general en lo siguiente:
- LAS EXPERIENCIAS:
Por lo regular, la gente suele gastar mucho dinero en cosas materiales, sin embargo, vale la pena acumular experiencias mucho más que estar compre y compre “cosas” u “objetos” que, la verdad, no nos van a dejar tan satisfechos, pues se consumirán o deteriorarán al poco tiempo y, muy probablemente, no nos dejen tan buenos recuerdos o aprendizajes.
- GASTAR EN OTROS:
Invertir en nuestros seres queridos nos genera un bienestar mucho mayor que gastar en uno mismo. Por eso, si tienes dinero “extra” y quieres darle un buen uso, échale la mano a otros, y estarás mejor pagado que guardando tu dinerito debajo del colchón (ojo, recuerda que en este caso estamos considerando qué hacer con el dinero que tenemos y que buscamos emplear de la mejor manera para ser “más felices”).
- Hacer una COMPRA que voy a disfrutar DESPUÉS:
Prolonga la satisfacción, en lugar de disfrutarla de inmediato y por un breve tiempo. Aquí también podemos mencionar que hacer varias compras pequeñas traen más emoción y gusto que adquirir una sola cosa grande (¡habría qué hacer la prueba!)
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No es que te sobre, pero tampoco sabes cómo optimizar tu recurso y no sentirte miserable en el intento
Para esta sección es recalcar lo siguiente: No gastes lo que no tienes (aunque parezca obvio), pues resulta que, muchas veces, caemos en la confusión de creer que estamos siendo felices, pero, al llegar tu estado de cuenta, nos damos cuenta que la realidad es otra.
Endeudarse es igual a hipotecar tu futuro (cero recomendable)
- Define tus necesidades y aprende a decir ¡NEL!
- ¿Qué tal aquellos placeres de la vida que no cuestan? Que al final del día, ¡son gratis! Como ver un atardecer en compañía de alguien importante para compartir el momento. En fin, hay tantas opciones en las que invertir sabiamente nuestro tiempo (que es nuestro activo más valioso) y que no implica necesariamente usar nuestro dinero.
EXTRAS
- También resulta interesante tomar en cuenta que gastar en nuestra salud es súper útil, de allí que vamos a vivir en nuestro cuerpo toooooda la vida, así que ¡No seamos tacaños en cuidarlo!
- Tener un guardadito “por si acaso” será muy bueno para lo que se ofrezca y nos reportará felicidad, ¡que es de lo que se trata!
CONCLUYENDO
El dinero en sí, no es la fuente de la felicidad, más bien son nuestras DECISIONES INTELIGENTES las que nos generan esa sensación de haber hecho las “cosas bien” y nos dan satisfacción. Ya que tener mucho dinero no es suficiente para ser feliz.
El autocontrol nos trae beneficios, al postergar una recompensa inmediata, a cambio de una gratificación mayor pasado un determinado tiempo, seremos:
- Socialmente más competentes
- Más eficaces personalmente
- Más capaces de afrontar las frustraciones de la vida
Y, por lo tanto, ¡seremos más FELICES!