Cuando pienso en la relación del dinero con la felicidad, me viene a la mente esta famosa frase, que todos hemos escuchado más de una vez: “Cuando el dinero sale por la puerta, el amor salta por la ventana “
Pero a diferencia de otras personas, percibo en esta frase algo mucho más profundo que una simple separación de pareja, me imagino una vida de despilfarro, de gastos no planeados, de vivir al día, lo cual no solo desgasta tu vida personal y de pareja, sino que hace imposible la posibilidad de ser feliz y de alcanzar tus sueños.
Si bien es cierto que, en nuestra cultura, gastar todo lo que ganamos es sinónimo de felicidad, ya que todos hemos sido educados para consumir y no para ahorrar e invertir, entonces me viene a la mente otra pregunta ¿ser codo y restringir tus gustos te dará un mejor nivel de vida a mediano y largo plazo?
La respuesta es NO.
¿Entonces, cómo podemos hacer que el dinero trabaje para nosotros y nos ayude a alcanzar la felicidad que estamos buscando?
La riqueza no hace la felicidad, pero tampoco el que es más pobre es más feliz, es decir, tu puedes ser millonario con una mentalidad de pobre y no tener las cosas que siempre has soñado, y por el contrario, tener muy pocos recursos económicos, es decir vivir en la pobreza y entonces pensar que no necesitas dinero para alcanzar la felicidad, lo que trato de decir es que todos percibimos la felicidad de maneras muy distintas y no nos damos cuenta que el dinero es solo un medio para poder alcanzarla, pero que todas nuestras barreras culturales y emocionales es lo que nos impide poder mejorar nuestra relación con el dinero de tal manera que podamos lograr nuestros sueños y metas solo reservando un poco de nuestros ingresos y manteniendo una buena estructura financiera que nos ayude a identificar nuestra áreas de oportunidad y poder enfocarnos en ellas para no mermar nuestra capacidad de ahorro e inversión.
Lo que trato de decir es que tenemos que hacer de nuestros sueños un proyecto y aterrizarlos en un plan de vida a largo plazo que nos de esa estabilidad financiera y como consecuencia la felicidad, siempre he pensado que si haces las cosas con pasión, orden, enfoque y disciplina, quien no tiene miedo de aprender, quien se atreve a soñar a lo grande, quien está dispuesto a esto, está condenado al éxito, ya que de esta forma el dinero y la felicidad llegarán a tu vida por añadidura.
Hay estudios que dicen que la riqueza se define en función a quien tiene más que los demás, pero no es así, tampoco se trata de sacrificar tus sueños y aspirar a una vida de austeridad, se trata de encontrar tu punto de equilibrio para lograrlo.
Pero lograr tu punto de equilibrio puede ser más complicado cuando nos damos cuenta de la situación que vive nuestro país, cuando nos damos cuenta que ninguno de nosotros estamos preparados para enfrentar una crisis, que nunca pensamos en nuestro futuro y en cómo podemos prevenir los riesgos financieros.
Dicho esto, entonces te preguntarás, ¿y cómo voy a encontrar mi punto de equilibrio? ¿cómo voy a lograr mis sueños por todo lo que me mato trabajando?
Pensemos en esto, todos tenemos sueños, pero muy pocas personas están dispuestas a pagar el precio para alcanzarlos.
Todo tiene un precio, y el precio más difícil de pagar es darte cuenta si estás dispuesto a salir de tu zona de confort, de tu zona de despilfarro, de decidir abrir tu mente y crear nuevos hábitos.
Si, nuevos hábitos, la gente exitosa tiene hábitos diferentes a los que no son exitosos, la gente feliz tiene hábitos distintos a los que no son felices.
La gente que tiene libertad financiera, que tiene abundancia en su vida, tiene hábitos distintos a los que viven en la escasez.
Si te has preguntado por qué no llega a tu vida todo lo que has soñado y por lo que has trabajado, porque no puedes tener lo que realmente te hace feliz, déjame decirte que sí existen opciones, sí existen estrategias bien definidas y confiables, existen herramientas que nos ayudan a dar el siguiente paso, que nos ayudan a presupuestar y a entender qué estás haciendo mal y cómo puedes hacerlo mejor, ojo no es juzgar, se trata de entender que hay malos hábitos que se pueden modificar, que existen malas prácticas que se pueden cambiar y que una vez que han sido identificadas, podrás empezar a trabajar en tu bienestar y estabilidad financiera.
Finalmente, está en las manos de cada uno de nosotros hacer algo por nuestro futuro, darle al dinero el valor que tiene para poder tomar buenas decisiones y hacer de nuestras metas financieras y personales una realidad que nos permita alcanzar la libertad financiera, entonces ¿Qué harás hoy, para cambiar tu situación financiera en el futuro?