¿Consideras que estás “ahorrando” al pagar un coche a crédito? ¿Te parece que entrar a una tanda es un “excelente” método de ahorro? Si respondiste que SÍ a alguna de estas preguntas, ya empezamos mal… Pero primero lo primero, ¿qué significa ahorrar?
Existe una confusión enorme cuando de definir la palabra “ahorrar” se trata, y suele tergiversarse con vivir “a crédito”. Te explico: en finanzas personales, AHORRAR significa primero trabajar, ganar dinero y luego acumularlo, esto por un periodo de tiempo y, lo más importante, SIN GASTARLO.
En una tanda, por ejemplo, digamos que te toca el primer número, aquí lo que tienes en realidad es un crédito, no un ahorro. Esto se debe a que primero te entregan el dinero de la tanda cuando ni siquiera lo has acumulado y después tienes que pagar los números de la tanda todo lo que resta del año. ¿En verdad ahorraste? ¡Claro que no! Porque primero lo gastaste y después lo acumulaste. La gente suele decir “estoy ahorrando para mi carro” cuando lo que está haciendo es pagarlo poco a poco, porque ya lo tiene, y está yendo a trabajar para hacerlo. Esto no es ahorrar, al contrario, se está rompiendo el sentido básico del ahorro.
Una vez teniendo el concepto claro, lo que sigue, es saber qué tan bueno eres para hacerlo.
Existen diferentes niveles que miden a un buen ahorrador:
1. ¿Te quema las manos? Formando el hábito…
Hay dos tipos “simples” de persona; el que puede ahorrar y el que no; de plano no se le da, le pica el saber que tienen un dinerito… y se lo gasta, ¿te suena familiar?
Empezar a formar el hábito del ahorro requiere disciplina para comenzar a separar el dinero y mucho auto control para no gastarlo. Puede sonar difícil, pero desarrollarlo de a poco te ayudará a hacerlo prácticamente en automático, ¡el ahorrar se vuelve costumbre!
2. ¿Ahorras dos pesos?
¡Ojo! El porcentaje de tu ahorro debe ser proporcional a tus ingresos. ¡Éntrale con todo! De poco o nada sirve considerarte “ahorrador” si sólo le destinas el 1% de lo que ganas. Lo ideal sería separar el 10% para planes a largo plazo y el 20% para planes a corto plazo, es decir un 30% en total.
3. ¿Lograste ahorrar TODO el mes?
Si eres de los que ahorra, pero no logra ahorrar por más de dos o tres meses ¡No estás llegando a ningún lado con tu “esfuerzo”! El ahorrar requiere que no pierdas enfoque y no te distraigas a medio camino. ¡Desiste!
La intención del ahorro es asegurar estabilidad económica para el futuro. La persona que tiene la capacidad de acumular el dinero por un periodo más largo de tiempo, lo está logrando más que aquel que sólo lo hace por periodos de tiempo más cortos.
4. ¿A dónde va mi ahorro?
El principal objetivo de estar llevando a cabo todo este show de acumular y no sufrir (tanto) en el proceso, es pensar que, el día de mañana, tras un proceso de inversión, este dinero nos dará tranquilidad para vivir (jubilación). El problema es que, por lo regular, el ahorro se destina a dos cosas: a gastarlo, y a gastarlo. La clave no es nada más ahorrar porque sí, sino qué haces con este ahorro. Destinar tu ahorro al lugar equivocado puede llevarte a nunca alcanzar tu libertad financiera.
Existen varios tipos de ahorradores: ahorrador orientado a la libertad financiera (el que ahorra para invertir), ahorrador consumista (el que ahorra para gastarlo) o ahorrador acumulador (el que ahorra para adquirir activos no productivos). Este último tipo, si bien cumple con todos los requisitos de un “buen ahorrador”, normalmente lo hace para adquirir un coche, una casa, o cualquier cosa que lo haga sentir “exitoso” y le brinde cierto estatus, a estos se les llama “ activos no productivos”, los cuales cada vez generan más gastos y le obligan a trabajar más duro.
En resumen, para considerarte un “buen ahorrador”, es importante que trabajes en las siguientes características:
– Tener el hábito del ahorro
– Ahorrar el 30% de lo que se gana
– Acumular por un periodo largo de tiempo
– Destinar su ahorro a la adquisición de activos que producen dinero (Invertir)
Si todas estas variables se cumplen, ¡tarde o temprano llegarás a la libertad financiera! Y tú ¿cómo vas con tu ahorro?